El Mago
ARCANOS MAYORES

"Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible"
El Mago es un arcano que no cabe en la propia carta: estamos ante un Dios, una entidad más poderosa que el ego y, por tanto, con poder para obligarlo. La vía de El Mago es la que escoge el individuo fáustico, que explora y penetra la naturaleza, que intenta comprenderla y desentrañar sus secretos, con el fin último de reinar sobre ella. Es el camino activo del poder exterior y de la acción, a través del cual se consigue cualquier cosa que sea posible. Y si algo nos va mal o nos produce una sensación perturbadora, siempre podemos deshacernos de ello. En ambas situaciones, la energía de El Mago se dirige a la acción,
El Mago es un canal de transmisión entre el mundo celestial o más allá y el mundo terrenal o más aquí. Desde el mundo celestial transitan las posibilidades, fruto de la creatividad del Mago que el ego puede transformar en reales. No se transforma energía cósmica en objetos formales (con forma concreta) sino que éstos aparecen dentro de un nuevo relato que aporta un nuevo significado. No cambian los objetos sino el significado de éstos. El Mago, antes de practicar la Magia, debe sacarte de tu rutina para lo cual utiliza la serendipia, que consiste en hacer que mires, no donde quieres, sino donde te conviene. No hay truco ni engaño, el Mago te desenfoca lo ilusorio para que te centres en lo real.
La carta muestra la actitud de un maestro que no actúa valiéndose de su propia fuerza, sino que recibe la energía desde las alturas y la materializa sobre la Tierra. Esta conexión entre lo de arriba y lo de abajo queda reflejada también en la vara que tiene en su mano y en el símbolo del infinito sobre su cabeza. Son los dos mundos y su constante intercambio. La mesa cuadrada que se encuentra frente a él, en correspondencia con el número cuatro, representa el nivel de realidad terrenal. Los símbolos dispuestos sobre ella son los cuatro palos del tarot (Bastos, Espadas, Copas, Oros), relacionados con los cuatro elementos (fuego, aire, agua, tierra), y, que conjuntamente, simbolizan la totalidad, ya que, la Creación se basa en estos cuatro elementos (Más el Éter). Estos elementos representan las tareas vitales de El Mago.
Cada vez que nombramos algo nuevo, lo creamos, no en el sentido literal sino en el simbólico. Somos co–creadores del mundo en la medida que asignamos formas verbales (palabras, conceptos, ideas, etc.) El lenguaje no sólo describe al mundo, lo re–crea. Es importante cuidar la atención, darnos cuenta de su presencia, saber a qué o a quien va dirigida. Es aconsejable atender a lo que se ha hecho y no a lo que se piensa que se hace. Las causas nunca están en el consciente. Vivir descolgado de la atención equivale a convertirse en manipulado. Es necesario, por tanto, un compromiso del ego para servir a cualquier objetivo que le sea propuesto por el Mago. Un proyecto cuya finalidad sea ganar dinero fracasará porque no es una propuesta del Mago: no hay creatividad. Viene del ego y éste no sabe.
Lo que tiene que ser sólo se conoce haciendo y así uno se conoce a sí mismo a través de la experiencia que adquiere. El compromiso empieza por una aceptación del objetivo, no importa cuál sea. Aceptar no es resignarse, ni conformarse, ni tampoco rebelarse; es situarnos en el plano de realización para convertir el objetivo mental en real. Con el compromiso se empieza a vivir la vida como algo propio y no como algo programado. Empiezan a ocurrir cosas reales, (las fantasías de la mente no ocurren nunca). Se toca la Realidad, que desborda a la fantasía, y el ego deja de ser el protagonista.
La apuesta por la realización siempre es ganadora porque en los inicios sólo importa el marchar en una dirección, no importa cual. El ponerse en marcha ya es el éxito. La fantasía motivadora solo es un empujón para iniciar el movimiento. Desde la acción, tocando la Realidad, las cosas se ven con objetividad. Primero es la acción y luego viene la comprensión. Sin acción, es decir, desde la fantasía, nunca se llega ni a la comprensión ni a ninguna parte. Después de la acción comprendes que la fantasía inicial era la excusa para ponerte en camino; no importa su contenido, sólo te movilizó. El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás.
El Mago es el sabio que nos habita y permite establecer un nexo entre las dos vidas: la de los hechos aislados de su relato imaginal y la que reconoce el relato que sustenta los hechos. Es la posibilidad de cambiar, no los hechos sino su significado. El segundo nacimiento es un retorno al origen, o mejor aún, a lo original, el núcleo de la Realidad actual con posibilidad de transformar el relato y consecuentemente transformar el significado de los hechos. Por tanto, esta Carta nos habla de la inteligencia, la voluntad y la capacidad de llevar a cabo eficazmente las tareas que nos han sido asignadas en la vida, a través de las cuales podremos alcanzar nuevamente la totalidad.